Los expositores pensados para niños tienen una serie de características propias pensadas para este público que también tiene sus exigencias y muestra sus preferencias por una serie de productos muy concretos.
Estas son algunas de las características de los expositores pensados para niños más destacadas:
1) Colores muy vivos: Los niños adoran los colores vivos e intensos. Los tonos fluorescentes son los que más atraen a los niños. Los estímulos visuales son los primeros que llaman la atención de los más pequeños, muchos de los cuales no saben leer. El color hace que fijen su vista en el producto y a partir de ahí en algunos otros estímulos visuales que vamos a ver más adelante.
Los niños suelen asociar determinados colores con marcas o con sus personajes favoritos. Por eso, aunque no sepan leer, reconocerán insignias y otras marcas.
2) Expositores pensados para niños con imágenes en gran tamaño de los productos: Estimular la imaginación de los niños es muy importante. Ellos quieren saber qué se les ofrece exactamente, por eso es bueno poner la imagen del producto destacada en gran tamaño. Esto no se puede confundir con publicidad engañosa, tratando de mostrar un producto mejor que el que en realidad se vende.
Se trata de que el niño pueda ver lo que va a comprar para que sienta más ganas de tenerlo y sepa exactamente lo que se le ofrece, pero en ningún caso sería ético mostrar, por ejemplo, una chocolatina mucho más grande de lo que en realidad es o con unas características diferentes.
3) Imágenes en gran tamaño del regalo. Muchos productos infantiles traen un regalo como reclamo para atraer a los pequeños compradores. Este regalo es, en muchos casos, determinante. El niño no compra el producto en sí, lo que realmente desea es el obsequio. Por eso en los expositores pensados para niños se suele mostrar en imágenes grandes que destaquen que eso le será entregado con su compra.
Un regalo atractivo es sin duda el mejor reclamo para los niños, que siempre están desando poseer todo tipo de objetos curiosos o que estén en algún modo relacionados con sus personajes favoritos de la televisión. También les gustan los productos coleccionables que puedan intercambiar con sus amigos si los tienen repetidos.
4) Una muestra del regalo. Dicen que una imagen vale más que cien palabras pero el objeto en sí es todavía mejor. Si en el expositor se puede colocar una muestra de ese regalo que se ofrece todavía resultará más atractivo para el niño. Además, el expositor en sí será mucho más llamativo porque los niños se acercarán para ver el muñeco o el juguete que se ofrece de obsequio.
Si además del estímulo visual podemos añadir el estímulo de poder tocar el regalo con sus manos estaremos sumando puntos y añadiendo posibilidades a la venta.
5) Aparición de personajes de dibujos famosos. Si con los adultos funciona el hecho de que un famoso anuncie un producto para animarnos a su compra, con los niños esto funciona todavía más ya que son mucho más influenciables. Los pequeños se sienten mucho más inclinados a comprar todo aquello en lo que aparezcan sus personajes de dibujos animados o los actores de sus seres favoritas.
Unas galletas que tengan en su envoltorio a uno de estos personajes venderán mucho más que otras exactamente iguales o incluso mejores, pero que carezcan de este dibujo que actúe como reclamo. Incluso si hay una pequeña diferencia entre ambas. Hay que recalcar lo de pequeña diferencia porque al final quién autorizará la compra serán los padres, los cuales pondrán la nota más juiciosa en la compra.
6) Aparición de mascota propia. No solo los personajes de las series de televisión venden. En algunos casos la mascota propia de una marca puede acabar siendo un reclamo tan bueno como cualquier otro personaje famoso. Los niños se familiarizan con esta mascota gracias a los anuncios, que ellos no diferencia de otros programas de televisión.
Se trata, en definitiva, de un personaje que conocen, que les gusta y que ven cada día en la televisión, por lo que lo de menos es que sea en una serie o en un anuncio.
7) Debe de colocarse a la vista de los niños. Los expositores pensados para niños tienen que quedar a la vista de los niños. Esto puede parecer lógico pero no siempre ocurre así. En algunos supermercados los colocan demasiado altos y no son vistos por los chavales, por lo que no funcionan como reclamo para ellos.
Es importante pactar con los supermercados que se coloquen estos expositores pensados para niños en un estante de la mitad para abajo. No importa si los padres no los ven en un primer vistazo, los niños lo verán y pedirán que se les compre.