En los pequeños establecimientos el problema de espacio es algo que está siempre presente. Por eso, los fabricantes de expositores tienen que luchar para conseguir crear productos que consigan ayudar en este sentido en lugar de ser un impedimento para poder exhibir los diferentes artículos.
Un expositor de gran tamaño es, a priori, un problema en un pequeño establecimiento ya que estará ocupando mucho sitio y cada centímetro tiene un gran valor en estas tiendas de pequeño tamaño. Pero si el expositor, por ejemplo, se sitúa en esquina y ofrece además de la estantería para comprar un espacio para almacenar productos la cosa cambia y mucho.
Un gran expositor totem puede tener una parte de abajo dedicada al almacenamiento del producto ya que el cliente no quiere agacharse para coger algo que compra. Por tanto, esta zona puede servir para que en su interior se almacene el pedido realizado. En la estantería se podrán ver los productos y, al ser en esquina, se estará aprovechando un espacio que normalmente está muerto y no se usa, por lo que el rendimiento será máximo.
Si encima el expositor pertenece a una marca que muestra en él varios de sus productos, no estaríamos empleando tanto espacio en un solo artículo, sino que se podrían mostrar todos los de la marca en un mismo lugar, consiguiendo así ahorrar todavía más espacio. Un ejemplo de este tipo de expositores son los de los dulces y galletas al peso de algunas marcas, cuyas cajas se almacenan en la parte de abajo, dejando el expositor para las cajas ya abiertas de las cuales el cliente se sirve.
Un expositor que ocupa poco espacio puede llegar a ofrecer hasta diez variedades de galletas y almacenar abajo al menos una caja de repuesto para cada una de ellas. Toda una economía de espacio. El mismo ejemplo lo vemos con otros productos como el agua mineral, en sus distintos tamaños y formatos.
Expositores para la zona de cobro y el mostrador
Muchos pequeños establecimientos no tienen zona de autoservicio, sino que el cliente pide lo que quiere en el mostrador. En estos casos tiene una gran importancia poder situar el expositor en esta área en la que el cliente espera su compra o justo en el espacio disponible para que los clientes esperen su turno.
Para que el dueño del local acceda a colocar el expositor este tiene que ser útil. Los que tienen su sitio garantizado son las pequeñas compras de impulso ya que todo el mundo sale ganando. Se compra el producto de poco valor al pagar, porque nos atrae en ese momento y nos apetece: caramelos, chicles, barras de cacao etc son el tipo de artículos que más frecuentemente nos encontramos en esta área.
Pero si nos salimos de este tipo de productos, ¿cómo logramos que se incluyan en esta zona? Una buena manera de hacerlo es mediante las tiras de impulso, que son tiras de cartón en las que se sitúan productos de pequeño tamaño que también responden a las compras de impulso y que ocupan, en general, menos que un mostrador o, al menos, lo hace de una manera diferente.
Las tiras de impulso son perfectas para los snacks, ya que el cliente puede coger un paquete de patatas y, con solo dar un tirón, lo tendrá en la mano. Pero también son perfectas para otros objetos pequeños que se pueden comprar de esa manera, como maquinillas de afeitar o incluso pequeños productos de maquillaje.
Las tiras de impulso pueden colgarse en los laterales de una caja de cobro, de una estantería o en cualquier rincón del mostrador ya que no ocupan espacio en el mismo, sino que cuelgan hacia abajo.
Expositores para la zona de espera
Si la zona de espera de un comercio está muy abarrotada de cosas al final la gente no estará a gusto y se sentirá apretada, por lo que al entrar y ver a varias personas aguardando la vez se darán la vuelta y se irán. Por eso es tan importante que los expositores de esta zona aporten mucho y ocupen muy poco para que finalmente se instale.
Los tótems muy estrechos son una de las soluciones a las que más se recurre para llenar esta zona sin abarrotarla. En muchos casos, para evitar accidentes, pueden sujetarse a la pared evitando así que ocupen más de lo que les corresponde.
También es una buena idea regalar al cliente expositores permanentes de materiales como el metacrilato, que al ser transparente no dará la sensación de estar ocupando demasiado espacio. En este expositor permanente, que tendrá la publicidad de la marca, se pueden colocar pequeños expositores de productos tal y como se colocarían en el lineal de un supermercado, consiguiendo así orden y limpieza.