La interactuación con el expositor es una manera de involucrar al posible cliente con el producto, aumentando así las posibilidades de compra. Además, se les proporciona una mayor información sobre lo que están comprando ya que muchas veces puede comprobar cosas como el olor o la textura que no puede ver a simple vista cuando el producto ya está embalado.
Cuando un expositor invita a la interactuación el cliente se para y pasa tiempo con él, lo que hace que se fije más en el producto. Aunque tal vez solo se ha acercado por curiosidad, puede ser que acabe comprando porque al fijarse en lo que se vende se sienta interesado, algo que no iba a ocurrir si solo pasara de largo ante el expositor sin más.
Toca, prueba, huele, siente….
Una de las funciones de los expositores es la de colocar en ellos un producto de muestra para que el comprador pueda ver como es realmente lo que se le vende sin tener que abrir el envase. Hay muchas maneras de hacer esto:
-Un artículo original. Esto se hace mucho en cosmética. El posible comprador puede usar un producto de maquillaje, o oler un perfume para saber qué es lo que está comprando, si le gusta y cómo queda en su propia piel. Como no suele ser un único artículo sino que suelen colocarse varios por expositor, el cliente pasa un rato probando cosas, interactuando y es más posible que acabe comprando algo que le termine por gustar, incluso no siendo lo que originalmente estaba buscando.
-Una muestra. Es algo que suele hacerse en productos como por ejemplo las medias. El posible comprador quiere ver qué tejido es, su grosor, su color… y no necesita la media completa para verlo, solo precisa un trozo de tejido para hacer de muestra. Así, se evita que se abran las cajas y que algo tan delicado como unas medias se puedan enganchar y dañar.
Es el caso también de los expositores de pinturas en los que se ve una muestra de todos los colores en el expositor para que el cliente sepa exactamente cómo es el color que están escogiendo. Se hace también con otro tipo de productos de decoración, como los papeles pintados, ya que es importante tocarlos para saber el grosor y el acabado.
-El tacto. El tacto puede ser muy importante en determinados productos, como por ejemplo la ropa de cama. Por eso es habitual que haya en las cajas de mantas o de colchas una muestra de tejido para que el cliente pueda tocarla y saber si es lo que busca sin tener que abrir cada caja de cada modelo.
En algunos casos, lo que se instala es un gran expositor en el que hay muestras de los diferentes tejidos para que el cliente escoja, como es el caso de los tapizados de un sofá. Un sofá está expuesto y a su lado, en el expositor, se encuentran las diferentes opciones para tapizar de modo que se puedan tocar, sentir y ver los colores tal y como son.
– Otras formas de interactuación. Existen muchas maneras de interactuar. Un buen ejemplo son los expositores que te piden que rasques y frotes para ver el olor que puede tener un cierto producto, por ejemplo un ambientador. O los packagings que hacen la función de expositor ya que se ve el producto en el interior y permiten que el cliente pueda tocar botones para probar cómo funciona el artículo, como es el caso de los expositores en los que se ven juguetes.
Las tiras de impulso, claves para la interactuación
Las tiras de impulso se basan también en la interactuación con el cliente, pero de una forma muy diferente. El producto se coloca delante del cliente y este solo tiene que coger el producto y tirar para poder llevárselo, lo que hace que las compras de impulso se realicen mucho más fácil. Todo está más a la vista y más al alcance de la mano.
La situación de este tipo de tiras es también clave para aumentar la venta ya que lo normal es colocarlas fuera de la sección habitual para ese tipo de productos. Por ejemplo, snacks en la sección de bebidas, pilas en la sección de juguetes electrónicos o dulces en la caja de pago.
Cuando el cliente ve las pilas junto a un juguete electrónico es muy fácil que las compre, ya que el juguete las va a necesitar y las tiene al alcance de la mano, no tendrá que buscarlas en otro departamento. Comprará, además, esas y no otras marcas, lo que será muy importante para la marca que ha conseguido situar ahí sus tiras. Y, además, el cliente evitará olvidarse de algo fundamental para poder llegar a casa y probar lo que ha comprado.