¿Cambiar de expositor o aprovechar el tirón del que ya se tiene hasta que decaiga totalmente? Muchas empresas tienen dudas sobre cuándo es el momento perfecto para cambiar de expositor. Estacarse no es nunca la respuesta y la novedad es fundamental para mantener la atención de los posibles clientes. Pero, ¿es posible caer en el exceso?
Realmente, es complicado caer en un exceso por cambios excepto cuando estos afectan a aspectos que están muy interiorizados en el cliente, como el tipo de letra o los colores de la marca. Esto no quiere decir que estas cosas no puedan modificarse, marcas como Coca Cola o Adidas lo han hecho, pero son campañas que hay que tomarse muy en serio y saber venderlas para que sea un cambio positivo. Modificar estos puntos de manera continuada no es positivo. Sí lo es cambiar las imágenes de los expositores. Y estos son algunos momentos perfectos para hacerlo.
Aprovecha una promoción importante
Una promoción importante es el momento perfecto para un cambio en el diseño de tu expositor. Este cambio puede ser o no permanente. Por ejemplo, puede crearse un expositor específico para la promoción que se utilizará mientras esta dure para que el cliente perciba que se trata de algo diferente a lo habitual y volver luego al expositor anterior.
O, si se desea, puede aprovecharse el hecho de haber realizado ya cambios en el expositor para que, una vez que se acaba la promoción, se apueste por un nuevo modelo totalmente renovado para una temporada independientemente de que no haya una nueva promoción en curso.
Juega con los cambios de estación
El cliente tiene que identificarse con lo que ve en el expositor para que el producto le resulte atractivo. Si por ejemplo se pretende vender una bebida de cacao, un vaso de esta bebida con un vaho para dar la sensación de que está muy caliente puede ser un reclamo muy atractivo en invierno. Pero en verano puede dar hasta un cierto rechazo verlo.
Sin embargo, si se juega con la imagen de este producto mostrando el mismo vaso pero esta vez con la condensación que nos indica que la bebida está helada o, simplemente, indicando que con esta bebida se pueden hacer deliciosos polos de cacao (con la imagen de un niño saboreándolos) nos encontraremos con una propuesta mucho más atractiva para el calor.
En algunos casos el uso del producto no va a variar del verano al invierno, pero si pueden variar las imágenes del expositor o los colores, con una imagen más cálida en invierno y apuestas más refrescantes para el verano. Así, se llegará mucho mejor al consumidor que incluso puede llegar a ver el producto de otro modo.
Refresca tu imagen con cierta frecuencia
Si no quieres apostar por los cambios estacionales no olvides que el cambio en el expositor debe de realizarse con cierta frecuencia o se corre el riesgo de que el consumidor se costumbre a ver siempre la misma imagen y esta deje de tener impacto pasando totalmente desapercibida. Sin embargo, cundo algo a lo que estamos acostumbrados cambia de imagen, vuelve a llamarnos la atención y recupera atractivo de cara al cliente.
Algunos fabricantes creen que usar un mismo expositor siempre ayuda a que los clientes puedan identificarlo más rápido y que, por tanto, encuentren rápidamente el artículo en medio de otros. Pero esto se puede conseguir igualmente con el tipo de letra o con el color principal, sin que tenga que mantenerse todo el expositor. Se consigue así que sea fácilmente identificable y que, a un tiempo, destaque por sus novedades.
Cambiar el diseño del expositor al menos una vez al año, actualizándolo y haciéndolo más atractivo es siempre una buena idea y una buena inversión. Si no se desea dar un cambio radical, al menos si una imagen más actual para mantener la atención del público.
Haz un guiño a lo vintage
Pero no siempre algo tiene que ser nuevo para llamar la atención. Si tu marca lleva muchos años en el mercado puedes hacer un guiño a tus clientes de toda la vida recuperando un expositor antiguo. Ahora mismo los ochenta están de moda, lo podemos ver en las series y en las películas. Por lo que si tienes el diseño de algún expositor de esa época puede ser todo un éxito recuperarlo.
Quienes consumían el producto en aquella época estarán encantados de recordar el expositor mientras que los más jóvenes también estarán satisfechos y les gustará ya que es una tendencia actual y para ellos es algo de moda y no un simple guiño al pasado. No lo dudes, si tienes material de los ochenta o de los noventa, es el momento de que vuelva a ver la luz.