Las ferias continúan viéndose como referentes de su sector. Se considera que en ellas se llevan a cabo gran parte de los negocios de muchas empresas y que son también un gran escaparate de cara a los posibles clientes. Pero, ¿es siempre positivos colocar un stand en una feria? Vamos a realizar un pequeño análisis sobre el tema.
Acudir a una feria puede ser muy positivo si se tienen en cuenta ciertos puntos antes de dar el paso:
1) Hay que ser selectivo. Colocar un stand no es algo barato. Incluso si se opta por utilizar principalmente muebles y expositores de cartón, mucho más económicos y que generan menos problemas logísticos, seguimos teniendo gastos, además de los asociados al alquiler del lugar en la feria.
Por eso es importante tener en cuenta que no todas las ferias son iguales. Algunas tienen mucha más relevancia asociada a su mayor antigüedad y otras, aun siendo más modernas, se han convertido en importantes referentes dentro de su sector. Realizar una pequeña labor de investigación sobre las diferentes ferias a las que se podría acudir es pues básico.
Debemos de saber no solo los gastos exactos que nos va a suponer, sino también los posibles beneficios que podrían ofrecernos, no solo directos sino también como modo de promoción para extender la imagen y poder ganar clientes a medio o a largo plazo.
2) Una buena planificación. No se trata de coger todo lo que se tiene a nivel de promoción y colocarlo en el stand de una manera más o menos bonita. Lo primero que hay que hacer es fijarse unos objetivos, no es lo mismo acudir a una feria en la que esperamos poder firmar acuerdos para vender nuestros productos que a otra cuyo objetivo sea simplemente dejarnos ver y que se conozca el nombre de la empresa.
Parte de la planificación consiste en negociar el lugar en el que irá situado el stand siempre que eso sea posible. Evidentemente, no todas las localizaciones son iguales y algunas pueden ser mucho más ventajosas. Aquí no entra en juego tan solo la colocación física, sino también el tipo de vecinos que se va a tener así como el espacio físico con el que se va a contar el cual es básico para saber qué es lo que se va a poder llevar.
En función de lo que se busca en cada momento, así como del espacio con el que se cuente, se llevará un material determinado y se necesitarán diferentes recursos tanto materiales como humanos. Es necesario contar con expositores, tótems publicitarios y displays para folleos. Esto también debe de ir en función de un presupuesto al que hay que ceñirse.
3) Realizar un trabajo productivo. Durante la feria es importante conseguir obtener el máximo rendimiento del trabajo realizado. Por eso es fundamental no quedarse sin información, que el stand esté siempre bien surtido con todo el material necesario para realizar el trabajo, que el personal que está al frente del mismo tenga la debida preparación etc.
Cada día se debe de realizar un informe con el trabajo que se ha llevado a cabo y, si se perciben problemas o carencias, tratar de tenerlas completamente solucionadas para el día siguiente. Uno de los principales objetivos de las ferias suele ser el de conseguir datos de posibles clientes, por lo que debemos de tener previsto un método para conseguir fichas completas de una manera rápida y muy cómoda para todos.
El trabajo de un stand en una feria no acaba cuando esta termina, sino que hay que continuar una vez que todo se ha recogido haciendo un análisis de los objetivos que se han conseguido y también de cuáles no. Con esto se pueden extraer conclusiones. También hay que trabajar con las fichas de los posibles clientes que se han acercado por el stand para tratar de consolidarlos.
¿Qué se debe de evitar al colocar un stand en ferias ?
Hay ciertos errores de principiantes cuando se acude por primera vez a una feria que si bien pueden considerarse contenidos en los puntos anteriores conviene resaltar, ya que pueden echar a perder todo el trabajo y la inversión realizada:
-No tener claros los gastos: si no sabemos cuánto vamos a gastar con total claridad el presupuesto puede acabar por irse de las manos, haciendo que cualquier posible beneficio quede totalmente eclipsado.
– Dispersar las fuerzas: si no se tienen claros los objetivos a conseguir es fácil acabar trabajando en diferentes campos sin profundizar en nada en concreto. Esto ofrece al cliente una imagen poco clara, demasiado ambigua y en algunas ocasiones, incluso puede acabar reportando un exceso de información que no es necesaria.
-Montar un stand que luego no está correctamente atendido: dice que refrán que el que tiene una tienda que la atienda y no podría ser más cierto en estos casos. En lugar de proyectar la mejor imagen de la empresa podemos acabar haciendo todo lo contrario si no se cuenta con la información adecuada, se nos acaban las tarjetas o las muestras o si cuando la gente acude al stand buscando información se encuentra un cartel diciendo que volvemos más tarde.