El expositor de mesa es una herramienta muy importante para poder promocionar productos. Nos permite colocar el artículo en lugares a los que no llegan otros expositores de más tamaño, como el mostrador de las tiendas. También nos permiten ofrecer información en empresas, gracias a un expositor con catálogos u otros productos similares.
Cuando se encarga un expositor de mesa el objetivo es poner el artículo al alcance de la mano del comprador de modo que descubra un nuevo lanzamiento, conozca una promoción o simplemente se deje llevar por una compra impulsiva en el último momento. En definitiva, se trata de conseguir vender más unidades de ese producto e impulsarlo para que luego siga vendiéndose incluso sin el apoyo de este expositor de mesa.
Pero a veces, el expositor que hemos encargado no alcanza los objetivos que nos habíamos propuesto y no solo no mejora las ventas, sino que pasa totalmente desapercibido. Veamos cuáles son las claves del éxito de este tipo de expositores y también qué es lo que habitualmente hacemos mal.
Tiene que resultar llamativo
Uno de los primeros fallos que se comenten en el expositor de mesa es que este no sea llamativo. Tal vez nos impresione un modelo que nos proponen muy elegante, en un solo tono. Pero cuando este expositor de mesa se coloque sobre un mostrador, corremos el riesgo de que se mimetice con el entorno y no llame la atención. El objetivo es que el cliente se fije en el expositor y existen muchos trucos para lograrlo sin renunciar ni a la elegancia ni a los colores de la marca, pero resaltando el producto entre los demás.
Expositor de mesa fácilmente identificable
El expositor de mesa tiene que resultar fácilmente identificable cuando hablamos de productos que ya son conocidos y tiene que dejar claro qué se está vendiendo cuando el producto es totalmente nuevo. Un expositor muy bonito y llamativo pero que no ofrezca ninguna información sobre un artículo nuevo puede ser absolutamente inútil ya que pocos clientes se van a acercar a coger el producto y leer su etiqueta para saber qué se les está vendiendo. Y en el caso de productos ya conocidos, si el cliente no los asocia con su imagen habitual le pasarán desapercibidos o no los va a reconocer, por lo que tampoco mostrará un interés especial por ellos.
Estar colocado en el lugar adecuado
El expositor de sobremesa tiene que estar colocado en el tipo de establecimiento más adecuado para poder venderse. Por ejemplo, si se quieren vender dulces, no suele ser problema el tipo de comercio, ya que cualquier persona puede comprar una caja de chicles o de caramelos. Pero será más probable que lo haga en una tienda de alimentación o en una papelería que, por ejemplo, en una ferretería a dónde entra pensando en otro tipo de productos. Realizar estupendos expositores de mesa pero colocarlos en los comercios que no son más adecuados hará que la inversión no acabe ofreciendo la rentabilidad esperada, por lo que no será una promoción adecuada.
Expositor de mesa siempre impecable
El expositor de mesa tiene que tener un aspecto siempre impecable. Si el expositor se ve viejo, aunque se haya rellenado y el contenido sea actual, se percibirá como algo que no tienen valor o que, tal vez, pueda estar caducado o cerca de estarlo. Un expositor en mal estado da una pésima imagen de lo que contiene y por eso siempre debemos de mantenerlos impecables. Para eso podemos apostar por expositores de gran calidad que se puedan rellenar con frecuencia y soporten bien el uso o por expositores de cartón muy económicos que se cambien cada vez que se vacían porque son a la vez la caja de transporte del producto.
Cada artículo pide un tipo de expositor de mesa, por ejemplo, si hablamos de productos de belleza de alta gana, el expositor tiene que ser de la mejor calidad y se debe de rellenar hasta que comience a ajarse, momento en el que se cambiará por otro. Pero si hablamos de productos como chicles o golosinas, la caja de cartón económica es la mejor opción, ya que son productos de consumo rápido para los que el público no exige una gran imagen.
Resaltar lo más importante de su contenido
Por último, es importante que el expositor resalte aquello que nos parece más importante de un producto. Por ejemplo, el precio si estamos ante una promoción en la que este es muy importante. O que se trata de una nueva fórmula o receta gracia a la cual el producto ha mejorado. O que trae un regalo promocional interesante. Sea lo que sea lo que se quiere destacar, tienen que estar en el expositor de forma muy visible para que el cliente pueda ver el valor que le ofrece ese producto.
Con estos trucos tan sencillos tu expositor de mesa tendrá éxito y tus campañas serán muy rentables. Podemos ayudarte a crear tu expositor de éxito, confía en nosotros y obtén el mejor rendimiento de tus campañas.