Expositor de sobremesa: ¿dónde triunfa?

El expositor de sobremesa tiene un gran éxito por varias razones que lo convierten en uno de los favoritos en las campañas publicitarias:

-Son muy económicos. Al estar realizados en cartón íntegramente en gran parte de los casos, su coste es muy bajo. En el supuesto de los expositores de un solo uso este cartón puede ser de muy baja calidad, lo que abarata todavía más su fabricación.

-Son muy versátiles. Por su tamaño y por su forma pueden colocarse en lugares muy diferentes de los establecimientos comerciales, desde algunos tan privilegiados como un mostrador de pago hasta otros más discretos, como las estanterías.

-Son muy efectivos. Evidentemente, si no fueran efectivos todas sus demás virtudes valdrían más bien de poco. Pero tanto los fabricantes como las empresas saben que este tipo de expositores siempre tienen éxito y que suelen alcanzar sus objetivos.

Expositor de sobremesa junto a las cajas de cobro de pequeños comercios

Estamos hablando de la colocación más estratégica del expositor de sobremesa. Cuando el cliente va a pagar se encuentra con un producto que llama su atención mientras espera la cuenta o aguarda su lugar en la cola. Esto hace que sea muy fácil que acaba comprando algo que no tenía previsto.

Algunos comercios muy importantes colocan sus cajas de modo que el consumidor tenga que pasar por un pequeño pasillo rodeado de expositores de sobremesa con todo tipo de productos muy baratos. Allí están desde promociones puntuales hasta todo tipo de golosinas o de objetos que consumo como pilas o maquinillas de afeitar.

Esta colocación de las cajas nos ayuda a ver lo estratégico de esta colocación de los expositores y también nos ayuda a ver el éxito que tienen ya que cada vez son más los establecimientos que utilizan este sistema. Algunos incluso hacen que el consumidor tenga que pasar por una zona dedicada a estos expositores con productos muy baratos y que incitan al consumo por impulso.

Expositor de sobremesa en estanterías de supermercados

Es posiblemente el lugar en el que podemos encontrar más a menudo un expositor de sobremesa. Por la forma de organizar las estanterías de los supermercados este tipo de expositores que contienen los productos son muy útiles.

Solo hay que quitar el expositor vacío, abrir una nueva caja y colocarla. Es rápido, cómodo y ahorra mucho tiempo a los establecimientos que, gracias a estos expositores que son a la vez cajas, pueden reponer todas sus estanterías muy rápido.

Un expositor de sobremesa para supermercado debe de ser suficientemente llamativo para que el consumidor se fije entre todos los demás que también tratarán de ejercer su reclamo. Generalmente son de baja calidad, ya que solo van a durar el tiempo que tarde en agotarse su contenido, tirándose luego para sustituirse por uno nuevo. Esto también los hace muy económicos.

Expositor de sobremesa en ferias

Si hay un lugar en el que el expositor de sobremesa triunfa por encima de todo es en las ferias. Los mostradores de las ferias y los estantes de las mismas están siempre a tope con un expositor de sobremesa para cada tema tratado.

La gente que acude a las ferias lo hace deseando encontrar información y regalos de muestra. Un expositor de sobremesa vale para ambos casos y es un reclamo muy válido para que potenciales clientes conozcan los productos.

Con otro tipo de artimañas publicitarias y con expositores como los tótem se atrae a la gente hasta el mostrador o stand. Pero una vez allí son los pequeños expositores de sobremesa los que sin duda seducen al público que puede coger folletos o muestras de todos los productos que se estén promocionando.

Expositor de sobremesa en mostradores de información

En este caso nos referimos al típico expositor de sobremesa que se puede encontrar sobre un mostrador de información en cualquier empresa. En lugar de contener productos suelen contener folletos y publicidad.

Estos expositores no están pensados para la venta directa, sino para realizar funciones de propaganda cuando se quiere ir un poco más allá del típico display de pequeño tamaño. Y es que además de información puede haber algún probador o producto de exposición.

Son muy útiles, por ejemplo, para tiendas online que quieran darse un empujón en establecimientos físicos. Allí pueden realizar su propaganda vendiendo productos que no entran en competencia con los establecimientos en los que se anuncian sino que, por el contrario, son complementarios.

Este tipo de colaboraciones comerciales suele dar buenos resultados para ambos establecimientos, ya que se da de manera recíproca, promoviendo ambos las campañas del otro negocio. Incluso es posible reunir a una serie de negocios para campañas conjuntas.

Las campañas conjuntas son perfectas para pequeños negocios que se ahorran muchos gastos publicitarios ya que necesitan un único folleto y expositor para promocionarse todos ellos. Un claro ejemplo son los grupos de comerciantes de un barrio.