Expositores que fracasan, ¿qué es lo que ha fallado?

¿Qué es lo que falla cuando algo va mal en una campaña publicitaria? Normalmente es la campaña en sí misma que está mal orientada, pero otras veces puede ser que los expositores no sean adecuados. Todos conocemos campañas fallidas que han sido un fracaso muy grande por no tener en cuenta las características del consumidor de dicho producto.

Por ejemplo, en España el consumidor de zumos y de refrescos suele ser muy tradicional, por eso es raro encontrar un refresco más allá de la naranja, el limón o la soda. Pero en EEUU los consumidores adoran los zumos con combinaciones muy atrevidas y los refrescos de todo tipo de sabores y frutas.

Saber este tipo de detalles es básico para una campaña publicitaria y saber qué atrae la mirada del consumidor también lo es para poder diseñar atractivos expositores que inciten a la compra.

Cuando la culpa no es exclusivamente de los expositores

-Expositores ofensivos. Aquí podemos encontrarnos con diferentes ejemplos de campañas, que en estos casos se llevaron a cabo en USA y que resultaron tan ofensivas para el comprador potencial del producto que finalmente llevaron al fracaso la campaña publicitaria.

Un ejemplo fue el de una marca de pañales que, en su campaña, hacía burla de la incapacidad de los padres para colocar correctamente el pañal de su bebé. Una burla que también se podía ver en los expositores y que, lejos de ser tomada con humor, llevó a que decidieran no comprar un producto que los trataba con tan poco respeto.

expositores

Otro ejemplo son los carteles y expositores publicitarios que tienen un claro contenido sexista, como el que se puede ver en la foto que además se consideró de muy mal gusto por la connotaciones que podía tener. La consecuencia fue que las mujeres optaron por no comprar un producto del cual eran las principales clientes.

-Mal estudio del cliente potencial de producto. Esto sucede cuando se realiza un estudio en el que trata de conocerse quién será el comprador potencial de un producto pero se comete un error en la deducción. Se cree que será un tipo de cliente el que podría sentirse más atraído por lo que se ofrece y se realiza una publicidad orientada hacia ellos, pero los expositores no tienen éxito porque ese público al que se dirige no tiene interés en el producto.

El público objetivo es muy importante, ya que el tipo de publicidad que se realice dependerá mucho de hacia quién va dirigida. Intentar vender a un público joven y moderno algo que realmente es conservador no tendrá éxito, ya que el expositor no gustará a quienes podrían apreciar el producto y el producto no es del interés de quién puede interesarse en el expositor publicitario.

Cuando la culpa es de los expositores

Hay veces en las que la culpa sí que recae específicamente sobre los expositores. Hablamos de problemas de diseño o de materiales mal escogidos que pueden hacer que no funcionen en las tiendas o que, directamente, se opte por no utilizarlos.

Estos son algunos ejemplos de cuándo la culpa de una mala campaña publicitaria es del expositor y de sus creadores:

-Expositores incómodos para ser colocados. Un expositor puede tener todas las características necesarias para tener éxito pero si finalmente su forma es incómoda, no encaja bien en las estanterías del supermercado o favorece que las cosas se puedan caer, al final lo que ocurre es que no se pondrá. Y si no se pone, lógicamente no es útil.

Hay que cuidar mucho estos detalles, los expositores pensados para poner en los supermercados deben de ser cómodos y deben de favorecer que puedan colocarse de una manera sencilla. Al comerciante hay que ponérselo fácil y al consumidor, a la hora de coger el producto, también. Este es un ejemplo de un expositor bien pensado

expositores

 

-Expositores demasiado discretos. Un expositor que pretende ser muy elegante y opta por tonos discretos puede ser bonito visto de forma individual, pero ¿destacará de algún modo en el medio de decenas de expositores en un supermercado? Si no lo hace la gente no lo verá y si no lo ve no se acercará, con lo que las ventas no tendrán éxito.

Hay que quitarse los complejos a la hora de diseñar expositores y dejar que sean imaginativos, siempre dentro de las líneas de actuación de la empresa y cuidando y respetando la imagen del producto. Este es un buen ejemplo

cómo promocionar un display de cartón

-Expositores que llevan a equívocos. ¿Te ha pasado alguna vez de ver unos dibujos o una imagen en un expositor, acercarte esperando encontrar un producto determinado y en su lugar ver algo muy diferente? Si te ha ocurrido sabes que lo habitual es dar la vuelta y seguir el camino sin darle una segunda oportunidad al producto.

La imagen del expositor tiene que corresponderse con el producto, sin causar equívocos ni llevar al consumidor a esperar algo que no van a encontrar porque es muy difícil que alguien que en ese momento se siente defraudado compre algo.

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