Los escaparates son una parte muy importante de promociones en lugar de venta. Cuando alguien llega a un comercio es lo primero que ve, incluso antes de entrar. Y en muchos casos es lo que determina si se va a entrar o no en el establecimiento.
A todos nos ha pasado de ver, por ejemplo, una tienda de regalos y acercarnos para ir a comprar algo pero encontrarnos un escaparate mal expuesto, con las cosas desordenadas, incluso viejas o con el color comido por el sol. Normalmente, viendo eso lo habituales darse la vuelta y seguir buscando otro establecimiento.
Pero también puede pasar lo contrario. Vemos el escaparate y lo encontramos demasiado lujoso, ostentoso incluso, con cosas que parecen muy caras y de las cuales no hay precios que nos ayuden a saber si estamos ante un establecimiento que venda objetos que podamos permitirnos. Esto también puede hacer que prefiramos no entrar para no pasar el mal rato de ver que todo está muy lejos de nuestro alcance.
Características de los escaparates
Los escaparates bien expuestos deben de cumplir con varios preceptos muy importantes:
-Deben de ser atractivos. Si un escaparate no llama la atención, no es un escaparate válido. Pero evidentemente no es lo mismo tratar de llamar la atención de un niño que de una persona adulta, o de un joven amante de la ropa moderna y muy rompedora o de alguien de mediana edad con gustos conservadores.
Por tanto, el atractivo del escaparate tiene que estar enfocado al tipo de público al que van dirigidos sus productos. Esto también dará una imagen de qué se puede encontrar en el interior. Por ejemplo, una perfumería en cuyo escaparate se vean colonias y otros productos de marcas muy conocidas de precios económicos estará orientada a quienes busquen productos de higiene para todos los días, mientras que aquellas que tengan perfumes más exclusivos se sabrá que están orientadas para quienes busquen algo más especial.
Por supuesto, una tienda puede ofrecer un poco de todo, en el ejemplo de la perfumería una parte del escaparate puede estar dedicada a la alta perfumería y otro a los productos más económicos para todos los días.
-Deben de ser representativos de lo que hay en el interior. Hay expertos en el diseño de escaparates que quieren hacer cosas tan originales que al final acaban fracasando en su empeño. Por ejemplo, algunas firmas de mucho renombre han recurrido a escaparates muy minimalistas, con una o muy pocas prendas estrella y sin nada más. Pero la gente sabe muy bien qué se va a encontrar en el interior del comercio y los precios que se barajan en el establecimiento, por lo que no hay ningún problema con ello y puede cumplir con el objetivo de llamar la atención.
Pero si se hace eso en un comercio normal, seguramente eso hará que la gente que pase no se quede a mirar, ya que no le llamará la atención y además siga su camino porque no sabrá exactamente qué se va a encontrar en el interior de la tienda y preferirá ir a tiro fijo.
Los expositores para escaparate ayudan a que estos puedan tener una nutrida representación de qué se encontrará en el interior del mismo pero sin tener todo demasiado apretado, ya que podría acabar dando la imagen de un puesto de mercadillo en el que, al final, nada destaca y no se disfruta de lo que realmente hay.
-Deben de proporcionar información a los clientes. Es el caso que hablábamos de poner o no los precios en el escaparate. A no ser que se trate de productos de los que todo el mundo conoce los precios, como revistas, lo habitual es poner al menos parte de ellos. Así, el cliente podrá saber si el establecimiento tiene precios atractivos y se mueve dentro de los márgenes que se buscan.
Los precios pueden ser un gran reclamo, muchas veces los clientes entran a un establecimiento por una oferta en concreto que les parece muy atractiva y una vez dentro acaban adquiriendo otras cosas.
Los expositores con promociones y carteles en los que se indican ofertas y precios son muy adecuados para tener un lugar destacado en algunos escaparates, ya que son un buen reclamo para que la gente entre y conozca el lugar.
-Debe de variarse con frecuencia. Si un escaparate está siempre igual dejará de resultar atractivo y sorprendente ya que por delante del mismo pasarán todos los días algunas personas nuevas, pero también muchos viandantes que hacen cada día los mismos recorridos.
Además de los cambios debidos a las nuevas temporadas hay que realizar al menos un cambio entre medias para poder sorprender y que la gente vuelva a mirar de nuevo lo que se ha puesto al percibir que hay habido cambios.