Hemos visto en muchas ocasiones lo importantes que soy hoy en día las redes sociales para todos los temas de campañas publicitarias. Pero, ¿puede servir una red social para conseguir que un expositor se haga conocido?
Evidentemente, lo primero es publicitar el artículo pero si en un segundo plano estamos publicitando también el expositor estaremos ayudando a que el posible cliente encuentre rápidamente aquello que busca en cualquier tienda en a que entre, porque sabrá exactamente qué imagen tiene que buscar.
Si a esto se une un expositor bonito, cuidado, con una forma algo particular y que llame la atención, la campaña será todavía más exitosa y seguramente contribuya al aumento de las ventas, no solo en la posible tienda online, también en la tienda física. Y para que estas campañas funcionen hay un elemento muy importante, el Community Manager.
Consigue que tu expositor sea viral
Para lograr que el expositor sea viral una de las mejores ideas son los concursos. Para ganar un premio en concreto, el participante debe de compartir en abierto en su muro la imagen que se propone. Además, debe de etiquetar al menos a dos amigos. De esta manera, es seguro que la imagen va a circular por las redes, sobre todo si el premio que se ofrece es muy jugoso.
Cuantas más personas lo compartan, a más llega y más seguirán compartiéndolo. Al final, la imagen del expositor habrá llegado a tanta gente o más como si se hubiera pagado un anuncio publicitario y sin gastar prácticamente nada en comparación.
Por muy bueno que sea el regalo y por muy atractivo que resulte, nunca va a tener el valor de una campaña publicitaria en una red como Facebook, que además, va a ser muy personalizada porque va a utilizar los muros de la gente que, voluntariamente, etiquetarán a sus amigos.
Los que llevados por esta campaña quieran comprar el artículo que se promociona, al llegar a cualquier establecimiento tendrán muy claro qué tienen que buscar y encontrarán rápidamente el expositor.
Logra que tus clientes compartan tus posts
Otro de los trabajos del CM es conseguir que se compartan los posts. Y que en todos ellos aparezcan los expositores. Para eso hay que realizar un trabajo muy cuidadoso en el que hay que saber jugar mezclando actualidad, humor, información y el punto de seriedad que toda marca necesita.
Por ejemplo, aprovechar una noticia que pueda estar relacionada con los productos que se venden para crear un divertido meme que tenga como protagonista el producto en su expositor, es una forma segura de conseguir que se comparta la imagen.
Pero hay que tener cuidado, el consumidor tiene que reírse con la marca y con la broma que proponemos con complicidad. Si la cosa se excede, podemos acabar haciendo que se ría de la marca, lo que no es nada beneficioso a nivel comercial, como es bien fácil de entender.
Los errores se pueden pagar caros y acabar siendo objeto de broma en Internet puede salir caro. Es el caso de un famoso jugador de fútbol que, hace ya varios años, quiso promocionar en Internet un teléfono de una determinada marca y lo hizo enviando un Tweet desde un teléfono de la competencia ignorando que esto se publicaba junto con el mensaje (El famoso enviado desde mi + la marca del teléfono)
Esto no solo hizo que ese jugador fuera motivo de muchas risas, sino que perjudicó a la marca. Por supuesto, la marca de la competencia aprovechó la broma para obtener rendimiento y publicidad gratis que ni siquiera habían buscado.
Crea un gran familia en torno a tu marca
Cuando una persona se siente parte de un grupo, se encuentra bien recibida y a gusto, va a defender ese producto como si fuera algo personal. Y esto no es sencillo de conseguir, pero una vez que se logra los resultados a nivel comercial y también a nivel de prestigio de marca son muy grandes.
Solo hay que ver como ciertas marcas, gracias al buen trabajo de su CM, logran que cada vez que se actúa en las redes haya cientos de Me Gusta y se compartan sus imágenes, llegando así a muchos potenciales clientes que acaban conociendo la marca gracias precisamente a esta labor.
El boca a boca siempre ha funcionado y no lo es menos con los expositores. Si estos quedan en la retina de los consumidores, cuando lleguen al supermercado serán capaces de localizarlos rápidamente, incluso si no están en los mejores lugares de las estanterías.
Así, no se perderá ninguna venta porque el cliente no encuentre aquello que venía a buscar, algo especialmente peligroso cuando es la primera vez que va a comprar el producto y, por tanto, más fácil que se deje convencer por cualquier otro.
