Trabajamos con expositores y gran parte de los expositores que ofrecemos a nuestros clientes son de cartón. Estos son utilizados en la mayor parte de las ocasiones para promociones cortas dado que su vida útil es limitada.
Por eso, estamos dedicando una serie de artículos a las promociones más conocidas y a las técnicas de marketing para las que estos expositores de cartón son totalmente imprescindibles.
Y en esta serie de promociones que estamos mostrando no podían faltar las más impactantes, la que se realizan a corto plazo. Uno de los “trucos” publicitarios más viejos y que continúa funcionando porque gusta a los consumidores.
En qué consisten las promociones a corto plazo
Las promociones a corto plazo pueden tener diferentes planteamientos, pero siempre se basan en resaltar que la oferta durará muy poco tiempo.
-Sin un plazo fijo: Se trata de las promociones en las que se anuncia, por ejemplo, que se van a vender los stocks que quedan de temporada. Suelen ir acompañadas de anuncios tales como: hasta fin de existencias, hasta acabar existencias, vaciamos el almacén o unidades limitadas.
Este tipo de campañas son comunes al acabar una temporada, ya que al salir el nuevo catálogo se necesita espacio para los productos que van a llegar y son novedades. Por eso, un tiempo antes de lanzar los nuevos objetos se da salida a los viejos con una buena rebaja que los haga atractivos y permita liberar espacio.
Además, si la promoción es muy buena se consigue que se hable de la marca y que la gente se quede con el nombre, pudiendo influir de cara a las ventas de la nueva temporada.
-Con un plazo sumamente breve: Puede ser una promoción de tan solo un día. En estos casos no se suele invertir en expositores para la ocasión pero todo depende del tipo de producto. En algunos casos sí se utilizan expositores, pero en sus versiones más efímeras y en algunos casos se trata de la misma caja en la que se envía el producto que se convierte en expositor.
-Promociones limitadas: Son las más habituales y se enmarcan en unas fechas concretas. Un ejemplo muy claro de este tipo de promociones son las rebajas que, dado que se realizan cada año, a veces pierden la fuerza que tiene una promoción en sí misma aunque está claro que siguen funcionando.
En este tipo de promociones es importante dejar muy claro cuándo termina y que el plazo no sea excesivamente largo para que el consumidor se sienta tentado a comprar ya porque igual otro día ya no hay existencias o ya no estará vigente la oferta.
Cómo situar los expositores en promociones a corto plazo
Al tratarse de promociones muy cortas no podemos fiarnos de que funcionen efectivamente métodos como el boca a boca. Hay que intentar llegar al consumidor de manera inmediata con todo tipo de herramientas y de campañas publicitarias.
En estos casos los expositores son muy importantes, pero para que realmente funcionen tienen que cumplir con una serie de preceptos que los hacen perfectos para el fin que se trata de conseguir: vender mucho en muy poco tiempo.
-Estar muy visible. Es una promoción corta y no podemos confiar en que si el consumidor no lo ve un día pueda verlo en su siguiente visita al establecimiento. Debe de tenerlo delante y entender que es por tiempo limitado.
-Mejor si es al lado o muy cerca de las cajas. Esto favorece las compras impulsivas del último momento. Al estar cerca de caja el consumidor lo mete en el carro y lo paga al momento, sin tiempo a pensarlo dos veces.
-Mejor si está algo separado del resto. Esto también es beneficioso puesto que permite que se vea mucho mejor el producto y que quede claro el plazo de la promoción.
Dado que se trata de promociones breves a veces es buena inversión el llegar a un acuerdo comercial con el establecimiento para que sitúe estos expositores dónde realmente nos apetece.
Otros aspectos a tener en cuenta
Dado que el objetivo es vender tanto como sea posible en muy poco tiempo la oferta tiene que ser suficientemente buena. De poco vale que se diga que la promoción es breve y que quedan pocas unidades si el precio no es atractivo.
A nadie le importará que haya pocos si no le entra por los ojos y no le apetece tenerlo. Y esto se consigue con una buena rebaja en el precio o con un interesante regalo. Pero el factor económico suele ser el más importante en casi todos los casos.
Hay que pensar que estas promociones tan buenas, aunque no den realmente grandísimas ganancias, ofrecen otras ventajas, como la inversión en publicidad que suponen o el hecho de liberar espacio que de otro modo nos llevaría mucho tiempo despejar.
