Al final de cada temporada los comercios se encuentran con stock en sus almacenes. Son productos que no se han vendido y que suelen sacarse de promoción en las rebajas. Pero este año las cosas han sido muy diferentes y muchos comercios se han encontrado con un gran stock porque desde marzo no han podido abrir sus puertas. Ahora, se encuentran con los restos de invierno y con artículos de primavera/ entretiempo que ya no van a vender.
Esto se ve de manera muy clara en las tiendas de textil, tanto de ropa personal como de hogar, donde las temporadas son muy marcadas. Las tiendas se ven con el dilema de qué hacer con esas prendas: guardarlas para la temporada que viene o venderlas con ofertas especiales.
En la mayoría de los casos, es necesario realizar ofertas especiales. Los almacenes de los comercios son limitados y tener mucha ropa de otras temporadas perjudica claramente el stock que pueden pedir de verano. Necesitan espacio para poder colocar los productos que ahora más se demandan por parte de sus clientes.
Pero también está el factor económico. La compra de todos esos productos supone mucho dinero que ahora está bloqueado. Y es preciso volver a invertir para comprar nuevos productos de temporada. Por eso, la gran mayoría optan por los saldos o por las promociones especiales para deshacerse del stock. Incluso aunque su margen de ganancia sea muy pequeño o algunas cosas, especialmente las de invierno, tengan que venderse prácticamente a precio de coste.
Se trata de recuperar espacio y de recuperar efectivo para poder volver a trabajar y ofrecer artículos nuevos y de acuerdo con la temporada a los clientes. Pero todo este stock no se puede promocionar con publicidad en medios, no tendría mucho sentido. Sin embargo, sí se puede promocionar en el lugar de venta mediante el uso del escaparate y de los distintos tipos de expositores.
Una agresiva campaña de venta de stock acumulado puede ser la ayuda que el comercio necesita para afrontar la campaña de verano con más optimismo y para poder continuar la andadura son ciertas garantías y solvencia.
Un escaparate dual
Excepto en la época de rebajas, el escaparate se utiliza sobre todo para mostrar las novedades que llegan a la tienda y los artículos de temporada. Pero situaciones excepcionales requieren de soluciones excepcionales.
Por eso, una buena propuesta puede ser un escaparate dual, un escaparate con dos áreas diferentes: una para las novedades y otra para los artículos de promoción pensados para liberarnos del stock. En los casos en los que haya dos escaparates esto será fácil de conseguir, pero con uno solo también es posible.
El apoyo de los vinilos puede ayudar a diferenciar las áreas de ofertas especiales y las de temporada. Incluso en algunos casos se pueden combinar ambas jugando con diferentes propuestas para que todo resulte más llamativo y se invite al cliente a comprar no solo las ofertas, sino también los artículos novedosos, ya que también es imprescindible venderlos.
Tótems genéricos
Si hay un expositor fantástico para este tipo de ofertas es el tipo tótem. En este expositor caben muchos objetos y se pueden organizar de diversas formas, desde tótems tipo estanterías hasta grandes contenedores en los que poner un “Todo a … Euros” estilo mercadillo. Esto le funciona muy bien a grandes superficies y también le puede funcionar al pequeño comercio. Es importante hacerlo respetando los espacios para evitar aglomeraciones de gente.
Estos tótems genéricos consiguen que mucha mercancía pueda ser expuesta en muy poco espacio y se logra así poner más cosas a pedir de mano del cliente, algo que invita mucho más a la compra que el tener que solicitar a un encargado o a un dependiente que nos facilite el producto que se ha visto en el escaparate para poder tenerlo más cerca y comprobar que es realmente lo que se desea comprar.
Expositores estratégicos
Colocar algunos expositores llamativos y muy atractivos y lugares estratégicos es un buen truco para que la gente vea ciertos artículos, sobre todo los de bajo precio que invitan más a las compras de impulso.
Estos expositores se colocan con frecuencia en la zona en la que se hace cola para abonar la compra en caja. Podemos verlos en todo tipo de establecimientos, desde supermercados hasta tiendas de decoración o de ropa. Pueden ser expositores propios del establecimiento en el que se resalte que el producto está de oferta o incluso pueden ser expositores permanentes tipo estanterías en los que se colocan estos artículos muy rebajados.
Incluso no siendo productos de temporada, su precio los hará muy tentadores y serán muchos los que aprovechen para comprar algo que, aunque no necesiten de forma inmediata, les vendrá bien para más adelante y les permitirá ahorrar bastante dinero.