Las promociones en calles están orientadas a aumentar las ventas de un determinado producto o a atraer público a un local determinado. Es el caso de lo que sucede en zonas turísticas donde hay personas repartiendo ofertas para comer en restaurantes.
A menudo al pasear por el centro de una ciudad, donde están los principales comercios o por un Centro Comercial nos encontramos con que un joven de aspecto agradable nos ofrece un papel de propaganda. Generalmente, lo aceptamos o lo rechazamos con un gesto y no se establece más contacto con esta persona.
Este modo de realizar promociones es efectivo en algunos casos, pero si buscamos que realmente se fijen en el producto en sí es necesario seguir una serie de pautas:
Un expositor en la calle o pasillo del centro comercial
Un expositor siempre llama mucho más la atención que una persona con un bolso lleno de propaganda. El expositor puede ser de cartón de modo que se pueda instalar y recoger sin problema para acomodarse a los horarios reglados y que sea funcional.
El cartón permite poder plegar y recoger el expositor en segundos y llevarlo sin dificultad al coche o al comercio donde quede guardado. Tanto el expositor de cartón como en estand de cartón si se utiliza, deben de estar debidamente identificados con los colores de la marca y con la promoción.
El expositor de cartón, que puede estar sobre una mesita o sobre un stand también de cartón, debe de ser llamativo para que la gente se acerque a ver qué es lo que se ofrece en él. Hay varios trucos que pueden funcionar: Unos caramelos pueden ser un buen reclamo para regalar a la gente que se acerque al expositor o stand.
Los caramelos atraen a todo el mundo y más cuando son totalmente gratis. Aquí hay que tener la picardía de no poner nunca demasiados juntos y de ofrecer siempre un folleto a la persona que coge los dulces.
Comerciales que conozcan su trabajo
No vale de nada poner a jóvenes atractivos a repartir propaganda si no son capaces de conseguir hablar con la gente. Es importante que sean capaces de identificar a quienes pueden ser clientes potenciales o compradores potenciales del producto que se ofrece y sepan cómo dirigirse a ese segmento de gente.
Por ejemplo, si lo que se pretende es captar clientes para una promoción de ropa juvenil el comercial deberá de dirigirse a este tipo de público de una manera amigable y siempre con algún regalo o descuento por delante para captar su atención.
Es importante que las personas abordadas por la calle se sientan a gusto y nunca importunadas. Para eso hay que saber presentarse como alguien que quiere darles algo, no venderles nada.
Promociones previas en la red o a través de email
Si quieres que la gente se acerque a tu expositor o stand es bueno realizar antes una campaña a través de redes sociales o mails a socios en los que se informe de en qué puntos habrá un comercial con un expositor de la marca y qué es lo que pueden conseguir si se acercan: premios, descuentos, regalos, promociones especiales…
De este modo no solo se captará a la gente que pasa, sino que habrá un porcentaje de personas que se acerquen voluntariamente a recibir la promoción, lo que multiplicará las oportunidades de conseguir más ventas.
Campañas personalizadas
Si se cuenta con una base de datos de clientes suficientemente amplia como para justificar una campaña de marketing por e-mail se puede realizar una campaña personalizada, con invitaciones para acudir al lugar en el que se realizará la promoción de modo que al entregarlas se consiga un regalo especial, diferente del que se puede ofrecer al resto de la gente.
Este tipo de campañas ayudan a conseguir una mayor fidelidad por parte de los clientes, que se sienten valorados y tenidos en cuenta no solo para enviar spam, sino también para darles regalos y premios.
Honestidad sobre todo
Atrás quedaron los tiempos en los que todo valía con tal de vender un producto, ahora es necesario ser ante todo muy honestos ya que vivimos en la era de la información y el consumidor dispone de muchos datos. Tratar de engañarlos no solo es contraproducente para la campaña, lo es para la merca que puede quedar gravemente dañada en su imagen.
No valen trucos como los de regalar vales descuento que luego no se aplican o solo se aplican a un determinado tipo de productos sin haber avisado previamente de ello. Ni tampoco decir al cliente que acude a por un regalo que la promoción ya terminó o que era por un número muy limitado de unidades. Si esto es así hay que avisarlo con tiempo e indicar cuántas unidades va a haber disponibles.
